El alarido de una enfermedad que corroe
daña las articulaciones del pensamiento.
Modificando movimientos imperfectos
que causan las estrías del comportamiento.
El tiempo que se abandona a si mismo,
el oscuro temor a una determinación,
y la sangre fluyendo entre las grietas
por las que agoniza el pútrido corazón.
Hileras de pasadizos que nos encierran
en las intersecciones del subconsciente
mientas huimos de nuestra propia visión
por temor al dominio del dolor consciente
La caída de los sueños que se quiebran
crepitando entre los deseos olvidados.
¿Sangramos para clamar nuestra salvación?
Fachada de deseos sádicamente livianos.
Me encanta tu blog, la entrada muy currada, cada cosa bien descrita, justo lo que me gusta a mí... el estilo es una pasada. Te sigo
ResponderEliminarSe te dá muy bien escribir *_* me encanta tu blog
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